El Estado francés rescatará a Peugeot Citroën

La automotriz llegó a un acuerdo y recibirá ayudas estatales por un total de 7.000 millones de euros (9.050 millones de dólares). En tanto, se llegó a un acuerdo con OPEL de General Motors para juntos desarrollar cuatro plataformas comunes para la producción de automóviles. Los primeros coches se venderán en 2016.
La automotriz francesa Peugeot recibirá ayudas estatales para su filial PSA Finance, por un total de 7.000 millones de euros (9.050 millones de dólares), informó hoy la empresa en París.

El Estado saldrá como garante de bonos emitidos por esa cifra, indicó PSA Peugeot Citroën. Se pide además a un grupo de bancos que pongan disposición liquidez por valor de 11.500 millones de euros.

PSA destacó que la filial, que financia la compra de vehículos y lleva el negocio de leasing, tiene actualmente ganancias, pero que tiene problemas para refinanciarse debido a la difícil situación general de toda la empresa.
PSA Peugeot – Citroen había anunciado cierre de plantes y despidos masivos en Francia por la caída en sus ventas. Ahora ese plan se frenaría.

Alianza con OPEL
Los grupos automovilísticos Opel y PSA Peugeot-Citroën desarrollarán cuatro plataformas comunes para la producción de automóviles, según informaron hoy las dos empresas en un comunicado conjunto.

«Los primeros coches fruto de esta alianza saldrán a la venta a finales de 2016», indicó la matriz de Opel, General Motors (GM).

Con esta alianza, también en el ámbito de las compras, los dos grupos buscan ahorrar 2.000 millones de dólares (1.500 millones de euros) en los próximos cinco años.

En concreto fabricarán un monovolumen compacto para las marcas Opel y Peugeot; un pequeño monovolumen para Opel y Citroen; uno pequeño con bajas emisiones de CO2 dirigido «a la nueva generación» para Opel, Peugeot y Citroen en Europa y en el resto del mundo y un modelo mediano-grande.

GM y PSA se aliaron a fines de febrero para reducir los costos. Sin embargo, de momento permanecen sin aclarar los efectos que tendrá esta alianza sobre las fábricas actuales de los dos grupos y sobre sus plantillas.

«Todavía no se han tomado decisiones respecto al lugar de desarrollo y producción de automóviles en el futuro», comentó un portavoz de Opel en Rüsselsheim.

Como consecuencia de esta alianza podrían verse afectados un gran número de puestos de trabajo en los centros de desarrollo y producción. De momento, todo apunta a que la fábrica de Bochum está en la cuerda floja.

«Los trabajadores de los dos grupos no deberían competir los unos contra los otros», explicó el presidente del Comité de Empresa de Opel, Wolfgang Schäfer-Klug, sobre los peligros de entrar en una espiral de lucha salarial y condiciones de trabajo.

Los trabajadores serán informados este jueves sobre las consecuencias de la alianza con PSA Peugeot-Citroën.

Fuente: DPA.de