Fuego por La Boca

Falcioni, enojado, por ahora calla su verdad. Comprometido en “llegar a diciembre”, pide la reacción del plantel vs. River…

Falcioni está irascible. Enojado. Molesto. Inquieto.

Espera una reacción urgente de sus jugadores. De todos. De los amigos de Riquelme, de los neutrales, de los que lo bancan. Necesita no perder en la cancha de River para que el tránsito hasta diciembre no sea un embotellamiento constante.

Falcioni no habla. Calla su verdad. Su última imagen pública ayuda a comprender su estado de ánimo. Al choque con un camarógrafo de la transmisión del partido y sufriendo los insultos de un nutrido grupo de plateístas de la Bombonera. Así entró al vestuario tras el pobre empate frente a Estudiantes. Tampoco les habló a sus futbolistas. Es lógico: no acostumbra a hacerlo luego de los partidos.

No se siente valorado el técnico de Boca. Cree que merecería más reconocimiento por sus logros (título invicto del Apertura 2011, subcampeonato de Libertadores, pelea hasta el epílogo en el Clausura 2012, trofeo de la Copa Argentina) y por su estadística de fuste. Y, según parece, ya no piensa tanto en la renovación si no en terminar su contrato y después analizar la situación. “Julio está bien y tratando de encontrar lo mejor para el equipo”, le aclara Sergio Grecco, su representante, a Olé . “El compromiso que se propusieron después del viaje a Paraguay es llegar a diciembre. Después, se verá”, aporta una persona que conoce a las dos partes involucradas. Angelici ya aseguró en diálogo con este diario que JC completará el campeonato “pase lo que pase” en el superclásico y no permitirá que su entrenador renuncie en el Monumental, como pasó en gestiones anteriores con Brindisi y Borghi. Habrá que ver qué ocurre si sucede una catástrofe deportiva en el Súper, pero semejante escenario se intuye imposible de planificar ahora. JC y su gente mantienen un profundo respeto por el presidente y entienden que su apoyo en esta coyuntura es “para sacarse el sombrero”.

Falcioni, también, está desgastado. “Boca es hermoso, pero cansador”, le graficó hace poquito a un interlocutor de su confianza. Lleva casi dos años al frente del equipo y es el técnico que más duró en el cargo luego de la primera época de Bianchi (pasaron Tabárez, el propio Bianchi, Brindisi, Benítez, Basile, La Volpe, Russo, Ischia, Alves y Borghi). La relación con el plantel es uno de los puntos débiles, potenciada por el hartazgo (mutuo) que hay con el ala riquelmista del grupo. El vínculo con la tribuna se vislumbra habitualmente en tono negativo, aunque como siempre el ánimo popular se mueve al compás de los resultados. Y la banca dirigencial es oscilante, pese al respaldo público de Angelici.

Falcioni, por ahora, escupe fuego por La Boca…

Fuente: Olè