La inflación, los controles cambiarios y las restricciones a las importaciones introducen tanto ruido en la economía que nadie se atreve a desplegar el optimismo.
Los economistas tienen una característica común cuando hablan de la situación actual: muestran gráficos que en general van para arriba y cimientan con números grandes oportunidades para la Argentina. Pero inmediatamente después, ponen algunos reparos sobre si el país podrá o no aprovechar esa ola.
¿Cuáles son esos reparos? La inflación, los controles cambiarios y las restricciones a las importaciones introducen tanto ruido en la economía que nadie se atreve a desplegar el optimismo.
Una idea sobrevoló los paneles en los que participaron economistas: el gran desafío para los próximos años será lograr una mejora de la productividad sin tener el tipo de cambio como variable para mantener a raya los costos internos. El economista Bernardo Kosacoff fue el que introdujo el tema: el desafío es lograr la competitividad sin depender del tipo de cambio. Inmediatamente después, Mario Blejer, ex presidente del Banco Central y actual vicepresidente del Banco Hipotecario, repasó las bondades de la capacidad de producir alimentos que tiene el país: «La Argentina es una potencia en la exportación de alimentos. Sin exagerar, si las cosas se hacen bien en el largo plazo, podría ser la Arabia Saudita de la alimentación», se ilusionó.
por La Nación