Corrientes: arrancó pelea por gobernación

El desembarco de Cristina de Kirchner en la provincia marcó de alguna manera el inicio de la campaña para las elecciones. La esperaban el actual gobernador, Ricardo Colombi, y el intendente K, «Camau» Espínola, que aspira a desplazar al radical.
Corrientes – En un desembarco con fuerte contenido electoral, Cristina de Kirchner visitó ayer la localidad de Itatí para dejar en la Basílica de Nuestra Señora de Itatí una de las siete banderas argentinas enarboladas en 1966 en las islas Malvinas, durante el Operativo Cóndor.

La Presidente arribó a las 17.35 al aeropuerto Piragine Niveyro de la capital correntina. Allí fue recibida por el gobernador radical Ricardo Colombi y por el intendente de esa ciudad, el kirchnerista Carlos «Camau» Espínola, quien le obsequió un la imagen tallada en madera de la Virgen de Itatí.

Si bien no hay todavía candidaturas oficializadas para los comicios provinciales del año próximo, Colombi ya dejó claro que aspira a pelear su reelección, mientras que el exmedallista olímpico pretende arrebatarle al centenario partido la única provincia que aún gobierna.

Por eso el viaje de ayer de la jefa de Estado a tierra correntina fue leído como un fuerte y nuevo respaldo a «Camau», que se traduce además en una lluvia de funcionarios nacionales en la provincia y en despachos oficiales en Buenos Aires abiertos al jefe comunal.

La primera mandataria se dirigió luego en helicóptero hasta Itatí. Allí fue recibida por una importante concentración de militantes y vecinos de la localidad y de la región, que se movilizaron para asistir al acto. También participaron varios mandatarios, entre ellos el chaqueño Jorge Capitanich y el misionero Maurice Closs.

Pedido

En el acto, la Presidente pidió a la Virgen de Itatí que «rece por los que todavía no entienden que es necesario colaborar con solidaridad y humildad» y para que «comprendan la necesidad de más amor y no de odio». «Prefiero pasar por blanda, que me critiquen, antes de ser responsable de regar la tierra argentina con la sangre de un compatriota», enfatizó.

El traslado de la bandera a la Basílica respondió a una petición de la esposa de Dardo Cabo, María Cristina Verrier. Cabo, por aquel entonces un dirigente de la Juventud Peronista, y la propia Verrier fueron dos de los jóvenes que en 1966 llevaron adelante el sorpresivo Operativo Cóndor en las islas Malvinas.
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