Durante un paro general, las protestas derivaron en enfrentamientos con la policía.
ATENAS (EFE).- La segunda huelga general en tres semanas volvió a paralizar ayer a Grecia, devastada por una profunda crisis y al borde de la bancarrota, y desencadenó entre los manifestantes y la policía violentos enfrentamientos que terminaron con 110 detenidos, nueve heridos y un muerto en un confuso episodio.
En otro ciclo de marchas y violencias contra un nuevo ajuste, más de 45.000 personas colapsaron la plaza Syntagma, el recurrente punto de encuentro de los manifestantes, que protestaron contra otra ronda de recortes del gobierno de Antonis Samaras, que intenta sacar el país de una recesión que ya lleva cinco años y bajar una tasa de desempleo del 25%.
Movilizados con lemas como «Abajo el gobierno y la troika» y «Cuando la tiranía está institucionalizada, la resistencia es un deber», los manifestantes, algunos con banderas españolas y portuguesas, recorrieron las avenidas principales de Atenas hasta la sede del Parlamento, frente a la plaza.
Cientos de jóvenes lanzaron bombas incendiarias, botellas y trozos de mármol contra policías antidisturbios cuando finalizaba la marcha.
Las fuerzas de seguridad respondieron con descargas de gas lacrimógeno, cañones de agua y granadas aturdidoras, mientras los manifestantes se dispersaban durante los enfrentamientos, que se extendieron aproximadamente por una hora. Cuatro manifestantes resultaron lesionados al ser golpeados por policías, dijeron voluntarios del servicio de paramédicos. Del centenar de detenidos, sólo permanecían arrestados siete manifestantes.
Cientos de agentes habían sido desplegados en la capital griega antes de las protestas, ya que tales manifestaciones con frecuencia se vuelven violentas. Sin embargo, una marcha de aproximadamente 17.000 personas en la ciudad norteña de Tesalónica terminó de manera pacífica.
En Atenas, antes de comenzar los incidentes y las corridas, un hombre de 65 años que participaba en la manifestación tuvo un paro cardíaco y falleció en un hospital de Atenas.
La participación en la huelga fue muy alta, según los datos de los dos mayores sindicatos del país, GSEE y Adedy, en el sector naval, los transportes, las refinerías, la construcción, la hotelería y entre los empleados públicos. El paro de actividades interrumpió las salidas en aeropuertos, los servicios públicos, cerró escuelas, hospitales y tiendas, y dificultó el transporte público en la capital. Los conductores de taxis se integraron durante nueve horas, mientras un paro de tres horas de controladores de tráfico aéreo ocasionó cancelaciones de vuelos. Las islas quedaron incomunicadas porque los transbordadores permanecieron en los puertos.
Alexis Tsipras, el líder de la mayor fuerza opositora, Syriza, participó ayer en la protesta y criticó lo que a su juicio fue la «violencia indiscriminada» de la policía, además de cargar contra el gobierno por tratar de imponer más recortes.
Es la quinta huelga general del año que busca resistir los nuevos ajustes que pretende imponer el gobierno a instancias de la troika formada por la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y Fondo Monetario Internacional (FMI). Los recortes para 2013-2014 por 17.700 millones de dólares buscan evitar que el país caiga en bancarrota y potencialmente tenga que dejar la eurozona, integrada por 17 naciones.
La huelga de ayer fue programada para coincidir con una nueva cumbre de la Unión Europea en Bruselas (ver aparte), en la que los líderes del bloque intentarían acordar nuevas medidas para combatir la crisis sin precedente que golpea a la zona euro.
RECORTES IMPLACABLES
Por el futuro ajuste que aplicará el gobierno griego los jubilados sufrirán recortes por 6400 millones de dólares; los empleados públicos, por 2000 millones, mientras que el sistema de salud dejará de recibir 2000 millones de dólares. En tanto, los impuestos a los intereses de los depósitos se elevarán al 15%.
Agencias DPA, EFE, ANSA y Reuters