Esa es la pena a la que ha sido condenado Paolo Gabriele, el ex mayordomo de Benedicto XVI.
Paolo Gabriele, el ex mayordomo de Benedicto XVI acusado de haber sustraído y difundido cartas y documentos confidenciales de Benedicto XVI, fue condenado a un año y medio de prisión.
Tras un proceso rápido que sólo necesitó de cuatro audiencias, el presidente del tribunal vaticano, Giuseppe Dalla Torre, anunció que consideraba a Gabriele culpable de robo con agravantes, un delito castigado con tres años de cárcel, pero redujo la pena a la mitad por la existencia de varios atenuantes.
Ente estos citó la ausencia de antecedentes, sus servicios previos en el Vaticano y el hecho de que actuase así convencido de que su comportamiento era acertado. El juez también condenó al ex mayordomo a pagar todos los costes del juicio.
Conocida la condena a Gabriele, que se daba por cierta, la gran incógnita está ahora en saber cuánto tardará Benedicto XVI en anunciar su perdón. El portavoz vaticano, Federico Lombardi, dio ayer casi por seguro que el Pontífice le concederá la gracia, por lo que el condenado no tendrá que ir a la cárcel. Debería cumplir el año y medio de reclusión en una prisión italiana, pues el Vaticano no cuenta con ninguna.
“Paoletto”, como se conoce al ex mayordomo, se mantuvo impasible en todo momento y, tras escuchar la sentencia, volvió a su casa, situada dentro de los muros vaticanos, donde permanecerá en arresto domiciliario hasta que se aplique la condena.
El último día del juicio comenzó con los alegatos finales del fiscal, Nicola Picardi, y de su abogada, Cristiana Arru. El primero pidió tres años de cárcel para Gabriele e insistió en que las investigaciones descartaban que el ex mayordomo hubiera tenido cómplices.
La abogada, por su parte, solicitó una rebaja de la pena considerando que el delito cometido por su defendido había sido apropiación indebida y no robo con agravantes. Si el tribunal sentenciaba que había sido robo, la pena, en su opinión, debía ser la más baja: sólo tres días de prisión.
Tras las intervenciones de Picardi y de Arru, el presidente del tribunal dio la palabra a Gabriele, preguntándole: “¿Se siente usted culpable o inocente?
El ex mayordomo del Papa, con tono tranquilo, respondió: “Lo que siento más fuerte dentro de mí es la convicción de haber actuado así por un exclusivo, diría que visceral, amor por la Iglesia de Cristo y por su jefe visible. No me siento un ladrón”.
El Vaticano se ha dado prisa para dar carpetazo al caso “Vatileaks”, un escándalo que ha hecho mucho daño a la imagen de la Curia romana. Aunque ya haya un culpable y la Santa Sede asegure que el condenado no tuvo cómplices, quedan abiertos varios interrogantes.
Uno de ellos es el papel que jugaron las personas que influyeron a Gabriele para que actuase así. Entre ellos hay dos cardenales, Angelo Comastri y Paolo Sardi, un obispo y una estrecha colaboradora del Papa. Ninguno de ellos ha testificado en el juicio.
Tampoco se conocerán las conclusiones a las que llegó la comisión cardenalicia creada por Benedicto XVI para aclarar el escándalo.
DARÍO MENOR
PARA EL TIEMPO
CIUDAD DEL VATICANO