Una falla en el sistema lumínico suspendió Argentina-Brasil

Un papelón. Argentina y Brasil no pudieron jugar en el estadio Bicentenario del Chaco por falta de luz. Es que un rato antes de la hora señalada del inicio de la revancha del Superclásico de las…

Un papelón. Argentina y Brasil no pudieron jugar en el estadio Bicentenario del Chaco por falta de luz. Es que un rato antes de la hora señalada del inicio de la revancha del Superclásico de las Américas el generador colapsó, y paradójicamente las autoridades no encontraron la forma de resolver este contratiempo, y en el transcurso de una espera sin precisión aparecieron algunos directivos de la AFA, como Juan Carlos Crespi y Germán Lerche, quienes trataron de matizar la ansiedad con declaraciones tan desafortunadas como incomprensibles. Más cuando mucho público aguardaba con expectativa el inicio de un partido que finalmente nunca comenzó. Porque tras más de una hora de incertidumbre, llegó la certeza de que se jugaba con esa poca luz o no se jugaba. Y así el árbitro chileno Enrique Ossés decidió suspender el partido ante la imprevisión e impericia operativa de los responsables de resolver el inconveniente de suministro de energía eléctrica.

Claro que al juez trasandino no le demandó mucho tiempo resolverlo, porque ya había conversado con los jugadores sobre la chance de disputar el cotejo con la poca iluminación que había, a lo que los arqueros de ambas selecciones coincidieron en que no había una visibilidad suficiente para dirimir un partido internacional de esa envergadura. Claro, lo que no sabían cuando se retiraron del campo de juego para esperar la solución es que la misma nunca llegaría.

Y cuando la imposibilidad de jugarse apareció en escena, el presidente de Colón e integrante de la cúpula afista contestó a la consulta periodística: «No quisiera estar en la piel de los organizadores aquí… Nada». Claro, como si la selección argentina nada tuviera que ver con los directivos de la AFA. Increíble.

La saga tuvo su punto de partida cuando minutos antes de la hora indicada, las 22, porque mientras se entonaban los himnos el estadio quedó en penumbras, al tiempo que detrás de una de las tribunas se visualizaba una columna de humo que partía del sector donde estaba ubicado el generador.

El árbitro Ossés aguardó media hora, mientras los futbolistas hacían algunos ejercicios para no enfriarse, y luego, cuando los directivos se acercaron para avisarle que había que aguardar unos 20 minutos para resolver el problema, el juez les pidió a ambos equipos que se retiraran a los vestuarios hasta las 23, hora reprogramada para comenzar el desquite porque se confiaba en el reestablecimiento del servicio lumínico. Pero no. En varias de las torres de iluminación seguían funcionando apenas 8 de los 60 focos.

Así, directivos de AFA y representantes de la empresa organizadora le comunicaron a Ossés que ya no había nada para hacer, por lo que el chileno bajó el martillo y dio por suspendido el encuentro, que no tiene fecha de realización y hasta es factible que no se juegue.

Tras este bochorno, sólo resta esperar que en los próximos días comiencen a devolverle el dinero a los espectadores que habían comprado sus entradas.

Fuente: La Capital