Pese a lo que sostiene el gobierno sobre un descenso en la cantidad de delitos, la realidad es que no se detienen los asesinatos ocurridos en las denominadas «entraderas».
Víctor Granada, de 74 años, se convirtió en la nueva víctima de los delincuentes que se dedican a esta modalidad delictiva. Con el homicidio de este jubilado, ocurrido anteanoche en la localidad de Rafael Castillo, suman 36 las personas que fueron asesinadas en lo que va del año cuando llegaban a sus viviendas, en el área metropolitana, según publico en su edición, La Nación.
En los últimos dos meses y medio fueron asesinados el comerciante Hugo Marcos Aguirre, en Pablo Podestá; el panadero Bienvenido Garay, en Merlo; Alicia Dubau y Juan Bautista González, en Lanús; el enfermero Walter Navarro, en Villa de Mayo y el estudiante secundario Leonardo Amarilla, de 17 años, en José C. Paz.
Aguirre, de 62 años, fue asesinado 24 horas antes que Granada. Ambos hechos y los homicidios de Dubau y González, ocurridos en Lanús, tienen un elemento en común: a las cuatro víctimas las mataron delante de sus familias. Además, tanto González como Granada fueron asesinados cuando quisieron defender a sus hijos de delincuentes que amenazaban con matarlos.
El episodio que terminó con el asesinato de Granada ocurrió anteanoche, minutos después de las 20, cuando la esposa del jubilado salió a la vereda a sacar la basura y fue sorprendida por dos delincuentes que irrumpieron en la vivienda.
En ese momento, los asaltantes apuntaron a la mujer con un arma de fuego y la amenazaron con un cuchillo de cocina y le exigieron que entregara las llaves de una puerta que permite acceder a la planta alta, donde están las habitaciones que la familia alquila.
A partir de este detalle aportado por la esposa de Granada, los investigadoras abonaron la hipótesis que indicaría que los asaltantes tuvieron la ayuda de un entregador que habría aportado el dato de que en la casa había dinero, producto del cobro de los alquileres de las piezas.
Tanto la pelea como los disparos ocurrieron delante del nieto, de 7 años, de Granada, a quien los asaltantes habían amenazado con matar si el dueño de casa no entregaba el dinero de los alquileres.
Luego de matar a Granada, los asaltantes huyeron con 100 pesos y un celular. Cuando escapaban de la casa, situada en Manuel Estrada al 300, los ladrones dejaron caer un teléfono con radiotransmisor que por estas horas comenzó a ser revisado por los investigadores.
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