Una película difamatoria del islam terminó con un ataque a la embajada norteamericana en Libia y la muerte del cónsul. Ahora las marchas y los incidentes se extienden por África, Medio Oriente y Asia. Hay 224 heridos.
Después de que el embajador norteamericano en Libia, Chris Stevens, y otros tres funcionarios murieran en un ataque al consulado de Estados Unidos durante una protesta a causa de una película que ofende al Islam, las marchas ante sedes diplomáticas de Estados Unidos se extendió ayer por Africa, Medio Oriente y Asia. En Yemen, cientos de manifestantes escalaron el muro de la sede norteamericana en la capital, Sanaá, y reemplazaron la bandera por una negra en la que podía leerse “No hay otro dios que Alá y Mahoma es su profeta”. Las fuerzas de seguridad los desalojaron con gas lacrimógeno y agua, aunque informaciones extraoficiales hablan de balas. Hay al menos 4 muertos. En Egipto, el Ministerio de Salud dijo que 224 personas resultaron heridas durante una serie de choques frente a la embajada estadounidense en El Cairo.
En Teherán, la capital iraní, unas 500 personas marcharon a la embajada de Suiza, que representa los intereses estadounidenses en el país, y reclamaron la muerte del supuesto director de la película sobre Mahoma, identificado como Sam Bacile. Los manifestantes corearon consignas como “muerte a Estados Unidos” y “muerte a Israel”. En la ciudad palestina de Gaza, cientos de manifestantes protestaron quemando banderas israelíes y estadounidenses. También hubo movilizaciones en Marruecos, Túnez, Sudán, Irak, en la región india de Cachemira y en Bangladesh.
El caos comenzó el martes, en el undécimo aniversario del 11-S, cuando un grupo atacó con fusiles y granadas a la embajada en Bengazi, en el este de Libia. Estados Unidos sospecha que se trató de un golpe planeado de antemano y descartó que haya sido una respuesta al filme.
Fuente: La Razòn