Sospechas de un paquete con explosivos, terminó siendo una falsa alarma

Versiones sobre la existencia de un paquete con supuestos explosivos, incautados por la Policía de Seguridad Aeroportuarias terminó resultando una alarma infundada que fue descubierta mediante el escaneo de un bulto que llegó a esta ciudad e iba con destino a Río Grande. Unos dispositivos para triturar marihuana, con formas similares a granadas de mano, dispararon alertas falsas que preocuparon a las autoridades.

Las versiones sobre la existencia de una caja con explosivos en el aeropuerto local, movilizó a cronistas de esta Agencia. En el lugar, las fuentes admitieron que se sospechó de un paquete proveniente de Buenos Aires, que tenía como destino la ciudad de Río Grande (TDF).

En virtud de lo confuso de la situación, OPI buscó fuentes confiables gracias a quienes se pudo reconstruir lo sucedido. El paquete llegó a Río Gallegos, vía camión, en una saca del Correo Argentino desde Comodoro Rivadavia. Esta mañana, la carga fue llevada al aeropuerto local donde por disposición de la Aduana y la PSA (operativo conjunto), toda la carga que va vía terrestre, a la isla de Tierra del Fuego, debe ser escaneada y precintada, antes de ser nuevamente cargada en los camiones de la empresa de transporte terrestre que tiene a cargo la logística del Correo Argentino. El trabajo de escaneo se hace en el aeropuerto porque es el único lugar donde se encuentra un aparato de estas características. Este detalle aclara que se debe descartar totalmente, las informaciones que dan cuenta que el paquete “llegó vía aérea”, como señalan algunas informaciones erróneas que circulan por la web.

Fue cuando pasaron el paquete por el escaner, que los operadores observaron a través de las imágenes, ocho elementos con forma de granadas. Inmediatamente se activaron los medios para proceder a la apertura de la caja y ante las autoridades policiales y judiciales correspondientes, se hallaron en su interior, ocho molinillos para triturar marihuana, cuyo aspecto es muy similar a una granada de mano.
Agencia OPI Santa Cruz