Adolfo Mogilevsky, «el maestro de los preparadores físicos», murió a los 96 años. Fue un pionero en la preparación de los equipos de fútbol. Primero logró su título de kinesiólogo y después se graduó en el Instituto Nacional de Educación Física (INEF). En su extensa actividad, pasó por Racing, San Lorenzo, River Plate, Chacarita y Banfield, entre otros, además de la Selección Nacional.
Sin embargo, Mogilevsky estuvo firmemente identificado con Atlanta, sobre todo en el período 58-620. Fue el preparador del equipo que obtuvo la Copa Suecia, en 1958. Acompañó a Osvaldo Zubeldía en el recordado «equipo de los claveles» en el club bohemio. Allí, ambos inauguraron una etapa de renovación del fútbol con una novedosa preocupación por la táctica, ligada a una base física poco frecuente hasta esos años en el fútbol argentino. Cada vez que Atlanta entraba al campo de juego, sus jugadores arrojaban claveles a las tribunas, como signo de deportividad y fair play. Un jovencísimo Hugo Gatti apareció en aquel equuipo, junto a Luis Artime, Carlos Griguol, José Luis Luna, Juan Carlos Puntorero, entre otros. En esa época de oro, Atlanta inauguró su estadio, estaba presidido por León Kolbowsky y tanto él como la dupla Zubeldía-Mogilevsy fueron los símbolos de la entidad. Aquella semilla plantada en Villa Crespo tuvo su continuidad en la Selección dirigida por Zubeldía hasta que poco antes del Mundial de Inglaterra la dejó, por un conflicto con los dirigentes de la AFA
También trabajó firmemente en la organización deportiva de los clubes de la colectividad judía, Macabi y Hebraica. Como deportista fue rugbier, judoca y luchador. Escribió cinco libros, creó el Instituto Mogilevsky y fue docente a tiempo completo. «A los chicos hay que dejarlos jugar, es la mejor manera de aprender», era de una de sus frases de cabecera.
Sus restos son velados en Loyola 1139, en el barrio porteño de Villa Crespo, y serán inhumados mañana, a las 9, en el cementerio israelita de La Tablada.
Fuente: Clarín