El ministerio de Salud bonaerense puso en marcha un programa que utiliza técnicas de neuromodelación en distintos hospitales de la Provincia con el objetivo de identificar, y si es necesario, curar a las personas víctimas de estos trastornos. Participan de la iniciativa profesionales de la Sociedad Argentina de Neuromodulación.
Un tema que cobró notoriedad en los medios durante los últimos días es el de los accidentes cerebrovasculares (ACV). Para atenuar los efectos de esta enfermedad y otras también neurológicas como el mal de Parkinson, las parálisis cerebrales y los tics del Síndrome de Tourette, el Gobierno de la Provincia puso en marcha una red de atención en neuromodelación. Este es el primer programa que funciona en el mundo.
En este momento los hospitales provinciales Vicente López y Planes de General Rodríguez, Ramón Carrillo de Tres de Febrero y Evita de Lanús se ocupan de dar respuesta a estos complejos trastornos. De este plan participan los doctores Fabián Piedimonti y Juan Carlos Andreani, presidente y vicepresidente de la Sociedad Argentina de Neuromodulación. En Argentina, como en el resto del mundo, no hay estadísticas sobre las personas que podrían mejorar enormemente su calidad de vida con estas técnicas. Sin embargo se estima que entre 100 y 150 mil bonaerenses estarían en condiciones de recibir este tratamiento.
El ministro de Salud provincial, Alejandro Collia, detalló que la neuromodulación y la rehabilitación quirúrgica “consiste en procedimientos quirúrgicos, principalmente neurológicos, que se utilizan para restablecer el equilibrio del sistema nervioso central, ya sea mediante la destrucción de las áreas que generan los trastornos o bien mediante la implantación de neuroestimuladores que permiten disminuir el dolor o atenuar los síntomas”.
“Lo que estamos haciendo es capacitar a los profesionales de toda la provincia para la correcta identificación de los casos que pueden tener alguna solución a partir de las técnicas disponibles de neuromodulación”, explicó Andreani, al tiempo que expresó que «es que es muy importante aclarar que no todos los casos pueden someterse a esta técnica: es la última alternativa de todas las terapias y tratamientos posibles y el paciente debe cumplir con los requisitos necesarios, ya que son intervenciones quirúrgicas muy complejas».
En sintonía, indicó que «la idea es que los equipos de salud puedan efectuar el diagnóstico y los tratamientos disponibles y, finalmente, derivar los casos más complejos a los tres centros de intervención donde se realizan los procedimientos de neuromodulación».
SOLUCIÓN A CASOS GRAVES
La inmovilidad de piernas o brazos como consecuencia de un ACV, los movimientos involuntarios y el Síndrome de Tourette, que se caracteriza por tics generalizados, la compulsión a decir obscenidades y la emisión de sonidos similares a ladridos o gruñidos, el dolor crónico por un miembro fantasma o una grave neuralgia, pueden tratarse con neuromodulación.
“En estos casos extremos, donde lo farmacológico y otras alternativas terapéuticas no dan resultado, la neuromodulación permite colocar electrodos a nivel cerebral que en determinados pacientes pueden hasta revertir una discapacidad”, dijo Andreani. Para eso, primero hay que lograr que las técnicas de neuromodulación y las posibilidades que otorgan sean conocidas en todo el ámbito de la salud.
El año pasado se registraron más de 7.400 accidentes cerebrovasculares en hospitales públicos de la Provincia, eventos que constituyen la primera causa de discapacidad. “Muchos de estos pacientes sufren de espaticidad en brazos o piernas, es decir, que los miembros se ponen rígidos y les resulta imposible cualquier movimiento o intento de rehabilitación, lo que puede revertirse con la neuromodulación”, contó el especialista.
La colocación de electrodos también puede ser una solución para casos muy graves de temblor y rigidez a raíz de la enfermedad de Parkinson. “Hemos tratado pacientes que habían quedado totalmente discapacitados por esta enfermedad y que hoy han recuperado su vida social y familiar, pueden moverse por sí mismo y gozar de una calidad de vida que ya creían impensada”, finalizó Andreani.
Por Jimena Alcaraz
http://www.noticiasurbanas.com.ar