El malestar por la situación fiscal de las provincias, que había acelerado en los últimos tiempos los contactos entre los gobernadores, terminó esta semana en una tormenta. El responsable fue el mandatario de Córdoba, José Manuel de la Sota, quien desafió al gobierno de Cristina Kirchner cuando, por carta, invitó a todas las provincias a reclamarle a la Nación la devolución del 15% de la coparticipación que ésta les retiene todos los meses a los Estados federales para girárselo a la Anses, en virtud del pacto fiscal de 1992.
Los gobernadores de Mendoza, San Juan, La Rioja y Entre Ríos, que responden a la Casa Rosada, criticaron ayer con dureza a De la Sota. Y los gobiernos de Buenos Aires y de Santa Fe dejaron trascender que sus mandatarios no se plegarán al reclamo. Varios habían aceitado los contactos reservados entre ellos ante la embestida kirchnerista contra Scioli. Pero no están dispuestos aún a exponerse a la represalia presidencial, para abonar la cosecha política de De la Sota.
¿Por qué la Casa Rosada tomó el pedido de Córdoba como una provocación? Según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), que dirige Nadín Argañaraz, en 2012 la retención de ese 15% de coparticipación equivaldrá a $ 24.257 millones para todas las provincias. Esa suma podría cubrir el 81% del déficit fiscal de todas ellas: $ 30.000 millones.
Por esas detracciones, Córdoba dejará de recibir $ 2087 millones y Buenos Aires, $ 5222 millones. Si la Nación resignara esos recursos, desaparecería el excedente de la Anses, pilar del superávit nacional.
De la Sota había logrado el miércoles último que la Legislatura cordobesa aprobara la ley 10.077, por la cual su provincia abandonó el pacto fiscal del 12 de agosto de 1992 y sus convenios ratificatorios. En aquel pacto, las provincias resignaron ante la Nación el 15% de la coparticipación anual en favor de la Anses, para compensar la pérdida de ingresos del sistema tras su privatización.
Tras la estatización de las AFJP, De la Sota buscó recuperar esa coparticipación. Y destacó que su provincia atraviesa penurias fiscales mientras le reclama a la Nación, ante la Corte Suprema, otra deuda previsional de $ 1040 millones.
Con ello, De la Sota decidió confrontar con el gobierno de Cristina Kirchner e intentó convertirse en el abanderado del reclamo de los demás gobernadores. En el peronismo interpretaron que ese gesto constituyó su virtual lanzamiento a la candidatura presidencial para 2015.
De la Sota les escribió a los gobernadores: «Me permito pedirles que aunemos esfuerzos para que estas actitudes no se repitan y busquemos caminos de unión para recuperar lo que es de las provincias y logremos una patria federal». Eso no gustó nada en la Casa Rosada.
Si bien De la Sota conversó con muchos colegas en los últimos días y sabe que coinciden por lo bajo con su reclamo, ninguno respondió afirmativamente, por temor a perder fondos de la Nación para obras públicas y otros gastos.
Rechazos sonoros
El gobernador cordobés recibió, incluso, un duro rechazo de sus pares de Mendoza, Francisco «Paco» Pérez; Entre Ríos, Sergio Urribarri; San Juan, José Luis Gioja, y La Rioja, Luis Beder Herrera. Los mandatarios calmaron sus ansias en julio último porque se recuperó la coparticipación, debido a una leve suba de la recaudación fiscal y del precio de la soja, lo cual incrementó el fondo sojero que distribuye la Nación.
Todos superaron el pago del aguinaldo y prevén ajustes para el próximo aguinaldo de diciembre.
Un allegado al gobernador bonaerense, Daniel Scioli, por ejemplo, confió a LA NACION que éste no apoyará el pedido de De la Sota porque «buscará con la Nación soluciones en conjunto». Y un vocero de su par de Santa Fe, Antonio Bonfatti, informó que su provincia abandonó el pacto fiscal hace años y tiene por ello una demanda ante la Corte Suprema, al igual que San Luis.
Un reconocido diputado aseguró a LA NACION que «el pedido de De la Sota no tendrá efecto en otras provincias, porque no hay espaldas para aguantar eso». Podrían perder, dijo, lo que hoy reciben de la Nación.
En ese sentido, el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, aseguró que De la Sota «está equivocado», agregó que «ese debate entre las provincias está muy lejos», y enfatizó que «lo que no se puede hacer es debilitar al Estado nacional, porque sería inadmisible».
En Mendoza, los gobernadores Pérez, Gioja y Beder Herrera firmaron un comunicado en el que rechazaron la propuesta de De la Sota: «Somos parte de un proyecto nacional que conduce nuestra Presidenta y que desde 2003 recuperó el federalismo llevando la transformación a cada una de las provincias». Gioja dijo «no estar de acuerdo» con De la Sota y Pérez subrayó que se trata de «un error conceptual», porque «uno no sale y entra por voluntad unipersonal de un pacto fiscal».
El kirchnerismo planea ataques al cordobés
Luego de que el gobernador de Cordoba, José Manuel de la Sota, demostró que está dispuesto a confrontar con la Casa Rosada, el gobierno de Cristina Kirchner impulsó a varios caciques provinciales a rechazar la propuesta del mandatario mediterráneo de devolución de coparticipación para dejarlo en soledad.
Fue la primera operación de ataque y desgaste. Habrá otras, confiaron a LA NACION altas fuentes oficiales. De la Sota se sumó al gobernador bonaerense, Daniel Scioli, y al jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, en la lista de enemigos declarados de Balcarce 50. «Scioli, De la Sota y Macri serán nuestros blancos», confió a LA NACION un funcionario.
La Casa Rosada los obligará a «jugar al ajuste», como ocurrió con la asfixia a Scioli para pagar aguinaldos o con el traspaso del subte a Macri. «Eso busca que no puedan presentar listas propias de candidatos legislativos en 2013», dijeron..
Fuente: La Nación