Los puntos cardinales de la sucesión presidencial

De la Sota, Scioli, Bonfatti y Macri son receptores de la ira presidencial por la misma razón: son posibles candidatos a sucederla. Los mandatarios acordaron bajar un mensaje común contra la centralización del poder kirchnerista. La batalla.

BUENOS AIRES.- Cuatro distritos grandes, cuatro peleas con la Nación por fondos y cuatro candidatos a la sucesión. Ese es el panorama que subyace detrás de las disputas de Cristina Kirchner con Mauricio Macri, Daniel Scioli, José Manuel de la Sota y Antonio Bonfatti.

Si bien esas pulseadas se dan por separado y con matices lo cierto es que los gobernantes de Buenos Aires, la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe -los distritos electorales más importantes del país- ya entablaron una red de contactos para acordonar un mensaje común contra la centralización del poder.

Ante este panorama, algunos alfiles kirchneristas se preparan para intensificar en los próximos meses el debate por una reforma constitucional con el objetivo de que no quede debilitado el poder de la Presidenta frente a la imposibilidad de ser reelecta.

«Hay que enjuiciar la Constitución del 94 para ver si funcionó o no. Por ejemplo si funcionaron las instituciones del Consejo de la Magistratura o del jefe de Gabinete», adelantó un arquitecto jurídico del oficialismo a este columnista.

El que tomó la lanza fue De la Sota. Decidido a jugar fuerte, el mandatario cordobés entabló varios reclamos judiciales y públicos y se ocupó de establecer contacto con Scioli, Bonfatti y Macri. En esos intercambios se acordó una suerte de cobertura política frente a las distintas peleas con la Nación.

De la Sota no oculta su intención de posicionarse para la sucesión presidencial en 2015 y en simultáneo procura mostrar coraje político. Si bien tiene en Scioli y Macri a probables rivales, su primera pulseada es con la Casa Rosada.

El año próximo presentará en las elecciones de medio término una lista propia a diputados nacionales por Córdoba encabezada por su antecesor, Juan Schiaretti, mientras que el kirchnerismo armaría otra con la rectora de la Universidad Nacional de Córdoba, Carolina Scotto.

La Provincia presentará esta semana ante la Corte Suprema una medida cautelar para que la Nación le pague en forma inmediata $ 1.040 millones que le reclamó ante el tribunal por haber incumplido un acuerdo de 2009 por fondos previsionales. Además, el miércoles la Legislatura cordobesa revertirá el convenio firmado en 1992 con la Nación, p
por el cual le retiene 15% de Coparticipación para solventar el desactivado sistema de las AFJP.

Por vía y tono diferentes, el gobernador santafesino, Bonfatti intimó a la Anses por una deuda de $ 1.307 millones, correspondientes al déficit de la Caja de Jubilaciones provincial, pero no descartó recurrir a la Corte.

A este reclamo se suma otro que se tramita ante la Corte por la «detracción» de ese 15% de la masa coparticipable desde 2005, fecha desde la que Santa Fe no adhiere al Pacto Fiscal de 1994 que recortaba ese porcentaje. Bonfatti estimó la deuda total en $ 8.000 millones.

Con las encuestas de su lado y las finanzas del otro, Scioli espera encarrilar su gestión sin nuevos sobresaltos y en principio apuesta a recomponer su relación con Cristina Kirchner.

No obstante, intensificó diálogos con otros gobernadores del PJ (como De la Sota o el sanjuanino José Luis Gioja), habilitó una construcción política propia y no descarta adelantar al año próximo una fractura de hecho con el kirchnerismo.

Scioli acaba de conseguir fondos con la colocación de deuda por un monto $ 881.600 millones. Sus allegados consideran que con ese dinero y algunos recortes en áreas de la Educación, se garantizaría el pago de salarios y aguinaldos del sector público hasta fin de año, sin necesidad de auxilio de la Nación.

La preocupación para el sciolismo está basada ahora en otras dos cuestiones que pueden abrirle frentes con el kirchnerismo y la oposición en la provincia: la designación del nuevo fiscal de Estado y el informe de la denominada Comisión Candela.

En la Ciudad, el paro de subterráneos del fin de semana puso nuevamente sobre el tapete el frustrado traspaso del servicio de la Nación a la Ciudad, que acarrea costos políticos a ambas administraciones. Macri sabe que su futuro político -en parte- está atado al éxito de estas cruzadas del transporte.

Fuente: La Gaceta Literaria – Rural