La viuda de Emiliano Martinó, el comerciante asesinado en 2010 en la ciudad bonaerense de Ramos Mejía, afirmó hoy que se siente presa en su propia casa.
Uno de los responsables del crimen se escapó de un penal de máxima seguridad de Florencio Varela apenas diez días después de haber sido condenado a 29 años de prisión.
La esposa del comerciante Emiliano Martinó, asesinado en 2010 cuando era llevado de rehén en Ramos Mejía, aseguró hoy que tiene «miedo» y que siente que está viviendo «una pesadilla», luego de enterarse de la fuga de uno de los condenados por el homicidio de su marido.
Se trata de Giselle de Martinó, quien esta mañana relató sus sensaciones al conocer la fuga de Marcelo Segovia (34), condenado el 13 de julio último a 29 años de prisión por el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de La Matanza.
«El viernes cuando hacen la requisa (recuento) de presos creo que a las 10 de la noche ya no estaba más, o sea que desde el viernes está prófugo. La fiscalía tomó conocimiento de esto recién ayer por la mañana», dijo Giselle, y agregó: «Tuvo setenta y dos horas libremente y nadie estuvo al tanto de esto».
La viuda de Martinó dijo que considera que toda la situación es «una locura», que no sale de su «asombro» por lo ocurrido y que tiene «miedo» por su hija de 3 años.
«Ayer estaban diciendo por los medios de comunicación que él se había fugado y yo no entendía nada. Le digo (a mi abogado) `¿están seguros?´», dijo Giselle, en referencia a la comunicación que mantuvo ayer con el letrado Alberto Fornaro.
Añadió: «Fueron dos años de lucha tratando de que las personas que hicieron esto estén detenidas. Lamentablemente la tranquilidad me duró poco, una semana me duró».
Según dijo la mujer, siente que está viviendo «una pesadilla» y que está «presa» en su propia casa, a raíz de que el Tribunal de Feria dispuso poner una custodia en la puerta de su vivienda por temor a que el prófugo quiera tomar represalias.
«Todavía no termino de procesar lo que fue la muerte de mi marido y ahora esto», concluyó la viuda.
Segovia se fugó el pasado viernes de la Unidad Penal 23 de Florencio Varela, donde acababa de recibir la visita de su pareja, aunque según relató ayer el fiscal que actuó en el juicio, Sergio Antín, «la evasión recién fue notificada al Tribunal» ayer a las ocho de la mañana.
A raíz de esta fuga, la titular del Servicio Penitenciario, Florencia Piermarini, dispuso la separación de sus cargos de cinco oficiales jefes del penal, entre ellos el director, y ordenó un sumario administrativo.
Segovia fue condenado tras un juicio oral por «homicidio en ocasión de robo, en concurso real con portación de arma de guerra», al igual que sus cómplices: Gonzalo Prelis (29), quien recibió una pena de 27 años de prisión; y Claudia Pérez (36), una de 26 años de cárcel.
El hecho ocurrió a las 0.30 del 14 de junio de 2010 cuando Martinó llegó con su esposa y su bebé de nueve meses a su casa de la calle Beruti al 100, de Ramos Mejía, de La Matanza, luego de trabajar en una de las dos pizzerías que tenía en Ciudadela.
La familia fue abordada por cuatro delincuentes que ingresaron a la vivienda y robaron dinero, alhajas y algunos electrodomésticos.
Un vecino llamó al 911 y varios patrulleros llegaron a la casa, por lo cual los delincuentes decidieron huir en la camioneta Peugeot Partner de Martinó, con éste de rehén y al volante.
En la huida se inició un tiroteo y, a unas cinco cuadras de la vivienda, el rehén se arrojó del auto y recibió un tiro por la espalda, a la altura del omóplato izquierdo, que lo mató.
Tras el tiroteo, uno de los ladrones murió y otros tres fueron detenidos, quienes habían intentado descartar las armas, entre ellas la homicida, que no obstante fueron halladas.
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