Las últimas medidas de la administración de Cristina Fernández, como las restricciones aplicadas a las importaciones, el cepo a la compra de dólares y el acortamiento de plazos para liquidar exportaciones, golpearon fuerte sobre el nivel de actividad, con efectos directos sobre el nivel de empleo que, según diversas estimaciones privadas, registró la primera caída en 10 años.
A la par del proceso de desaceleración de la economía y frente a señales políticas que elevan el clima de conflictividad social, el deterioro del mercado de trabajo se profundizó en los últimos meses en una dinámica que amenaza derivar en un escenario laboral aún más complicado que el que emergió en medio de los coletazos de la crisis financiera de 2009. Las últimas medidas de la administración de Cristina Fernández, como las restricciones aplicadas a las importaciones, el cepo a la compra de dólares y el acortamiento de plazos para liquidar exportaciones, golpearon fuerte sobre el nivel de actividad, con efectos directos sobre el nivel de empleo que, según diversas estimaciones privadas, registró la primera caída en 10 años.
El freno de la economía impactó de lleno sobre los planes de contratación de las empresas, que se paralizaron durante el segundo trimestre del año, mientras crecieron con fuerza otros mecanismos de ajuste del mercado laboral, como la cantidad de suspensiones, recorte de horas extras, adelantos de vacaciones y vacantes no cubiertas.
por Cronista.com