Tiene ventaja de dos sets a uno sobre Andy Murray. El suizo va por su séptimo título en el torneo londinense y el primer lugar del ranking. El local puede ser el primer británico en coronarse en este certamen tras 76 años.
Tras la lluvia que interrumpió la equilibrada final de Wimbledon, Roger Federer sacó una luz de ventaja. Porque regresó mejor del parate, más preciso. Y no perdonó cuando tuvo su gran chance, en el sexto game del tercer set. El suizo fue filoso y le quebró el servicio al escocés Andy Murray para colocarse 4-2 arriba. Luego fue cuestión de mantener su servicio para ganar el set y quedar ahí nomás del título y del número uno del mundo.
Antes del parate, hubo un partido muy parejo. El primer set fue para Murray, que debió luchar durante 57 minutos para quedarse con el primer ser en la final de Wimbledon. Los 23 errores no forzados del suizo Roger Federer le permitieron al escocés tomar ventaja y ganar el primer set por 6-4. En el segundo, Federer reaccionó a tiempo y con mucho esfuerzo puso las cosas como al principio tras ganar por 7-5 en 54 minutos.
Eel escocés quiere terminar con la sequía local. Es que ya pasaron 76 años de la victoria del inglés Perry sobre el alemán Gottfried y nadie más volvió a festejar entre los hombres de estas tierras. Claro que no es fácil porque enfrente está Federer, el tenista que desde hace rato pelea contra la historia y que buscará en la cancha central su séptimo título aquí, su 17° Grand Slam y, por si fuera poco, el primer lugar del ranking.
El sweater de Federer cuesta 114 libras (alrededor de 800 pesos) y es una de las prendas más vendidas en el negocio oficial que habita en el club. Ese es otro de los ejemplos del amor que los ingleses le tienen al suizo más ganador en este tipo de torneos. No sucedía lo mismo con Fred Perry, quien en 1938 se fue a vivir a Estados Unidos, donde se nacionalizó, por el maltrato que recibía en su país por no pertenecer a la clase alta.
Será difícil para los espectadores partir su corazón, aunque saben que estarán presenciando la final perfecta. Murray no sólo quiere darles el gusto a los los británicos sino también conseguir su primer Grand Slam ya que perdió las otras dos finales que disputó, las dos ante Federer. “Si gana, estará a la altura de la victoria inglesa sobre Alemania en la final del Mundial de fútbol de 1966”, escribió el diario inglés The Guardian .
En un partido con mucho en juego, Federer intentará ganar otra vez en el césped sagrado para igualar a William Renshaw (campeón entre 1881 y 86 y en 1889) y Pete Sampras (entre 1993 y 1995 y de 1997 a 2000). “Todos saben lo que representó Sampras para mí. Y no pienso que no perdió ninguna final acá. Yo estoy orgulloso de tener la chance de igualarlo, pero debo estar enfocado en el partido”, dijo el gran Federer. Su triunfo lo llevaría además a igualar al mismo Sampras, quien estuvo al frente del ranking mundial durante 286 semanas.
“Conozco lo bien que juega Andy”, halagó al oponente. “Pero finales son finales. Recuerdo especialmente las que perdí con él en Shanghai y en Toronto”. Y sobre si espera el aliento, respondió que “ojalá que se dé, pero no es lo más importante. Para mí representará una presion extra volver a jugar por el 1”.
Para Murray la gloria está tan cerca que nadie sabe cómo reaccionará. Los viejos fantasmas que sobrevuelan el club no parecen molestarlo. “Para mí es un gran desafío, un partido en el que nadie espera que gane, pero, si juego bien, puedo conseguir la victoria. El record de Roger en Wimbledon en los últimos diez años es impesionante”, comentó el primer finalista británico desde Henry Austin en 1938.
Será el primer choque entre ambos en césped aunque el cuarto del ranking lleva una ventaja de 8-7 en los choques personales. Murray acumula dos títulos en esta superficie mientras Federer, 11.
Los números empiezan a quedar atrás. Se acerca la hora de uno de los partidos del año. De la década. Del nuevo milenio. La historia los espera con los brazos abiertos.
Fuente: Clarín