«Este River es un campeón a lo Almeyda»

Almeyda festejó el título con Olé y dijo que su equipo vivió al límite, como él. La continuidad de Cavenaghi. El River que viene. Mourinho. Y un mensaje: «Volvió el más grande».

-¿Qué se siente por haber devuelto a River a Primera División?

-Felicidad, mucha alegría. Va a ser difícil aprender a vivir sin presión, je. Vivimos cada partido con una espada en la espalda. Teníamos una mochila de 110 años de historia. Pero estoy muy contento porque logramos el objetivo. Que River vuelva a estar en la A es un bien para el fútbol argentino.

-¿Cómo es vivir sin esa tremenda presión?

-Todavía no me di cuenta porque pasaron dos días y casi no salí de mi casa… El domingo estuve con mi familia, que se vino desde Azul. Hoy (por ayer) dormí hasta el mediodía y me levanté para llevar a las nenas a la escuela, organicé algunas entrevistas y también nos juntamos con Amato, Roa, Chamot, el Profe Kohan, todo el cuerpo técnico… Aún no me tomé el tiempo de sentarme a mirarlo. Quiero ver imágenes… Todavía no lo estoy disfrutando. Estoy tranquilo y muy contento, pero quiero disfrutar más, ver los goles, los festejos… Ya sufrí mucho y ahora me quiero emocionar, vivirlo y disfrutarlo como lo disfrutaron los hinchas.

-Pero el sábado ya te emocionaste un poco…

-Sí, pero lo mío fue cortito. Una emoción en los últimos dos minutos del partido: me di cuenta y no lo pude evitar. Fue emoción y muchas cosas de golpe también: la gente, la fiesta, la cena… Todavía no tuve mi tiempo. También necesito mis vacaciones, porque estoy agotado. Necesito descansar.

-¿Qué tenés pensado?

-Con que me dejen dormir, ya estoy conforme. Recién anoche pude hacerlo como corresponde. Antes dormía, pero en los sueños a veces me veía dando charlas técnicas.

-¿Qué cosas descargaste en ese llanto del final contra Almirante?

-Ese llanto fue algo que realmente me salió de adentro, como el llanto de cuando nos fuimos a la B. Soy de llorar poco, pero este fue un llanto de alegría, de haber soportado un montón de cosas, de haber sido hasta basureado por momentos. Un llanto de desahogo porque era lo único que servía. Trabajar en el año de más presión en River no era fácil. Y lograr el objetivo era un sueño para mí. Y fue lo más lindo que logré en mi carrera. Porque he ganado campeonatos, la Copa Libertadores, el Scudetto, torneos internacionales en Italia, pero esto fue lo que más me costó y lo que más disfruté.

-¿Por lo que sufriste?

-Sí. Por lo que sufrió el hincha y lo que sufrimos todos cuando nos fuimos al descenso. Y porque estar dos años en la B como le pasó a Central hubiera sido durísimo. Durísimo.

-¿Pudiste disfrutar de algo en todo este año?

-De cada día. Porque trabajo de lo que quiero y con la gente que quiero. Pero a la vez tenía la obligación y sabía que lo único que servía era llevar a River a la A. Y eso hacía que no pudiera gozar un triunfo porque enseguida tenía que pensar en el siguiente partido.

-Pasa eso cuando tenés más para perder que para ganar.

-Yo sabía que el cariño del hincha se podía opacar en un solo año. Exponía mi nombre, mi trayectoria, el “Pelado, Pelado” que me gritaban los hinchas, pero nunca tuve miedo. No estaba loco. Siempre creí que íbamos a cumplir el objetivo. Y, además, el amor que siento por River era mucho más fuerte.

-¿Cuánto tuvo este River de Almeyda?

-Todo. Fue un reflejo de lo que soy yo. Porque vivió al límite. Así fui, así soy y así seré. Fue un campeón con alma y vida, como yo. A lo Almeyda.

-¿Ya te cruzaste con hinchas de River?

-Después del sábado en el Monumental, no.

-Ellos ya te dijeron lo que piensan de vos. ¿Vos qué les podés decir a ellos?

-Sólo les puede decir gracias. Lo que hizo este año la gente fue algo atípico. Soportar la B Nacional como lo hizo, llenar cada cancha, acompañarnos a cada lugar que fuimos y apoyar al equipo en los momentos difíciles como lo hizo, fue increíble. Más allá de que siempre hubo ese murmullo, esa exigencia… Pero eso es por ser River, y va a estar siempre, y está bien que sea así. El hincha fue fundamental en este torneo.

-¿Ya estás pensando en el nuevo River?

-No, todavía no. Tenemos que hablar como cuerpo técnico, analizar nuestros errores para no volver a cometerlos en nuestro segundo año de trabajo y juntarnos con la dirigencia. Si están dadas las condiciones y estamos todos contentos, me voy a quedar.

-Pero tenés un proyecto a largo plazo.

-Siempre lo tuve y lo sigo teniendo, aunque ahora hay que planificar aún más. Fui técnico de un momento a otro y corregí cosas sobre la marcha. No hubo tiempo. Y nos dimos cuenta de que cometimos muchos errores, yo antes que todos.

-¿Vos quéres seguir?

-Sí, sí… Quiero seguir.

-Passarella dijo que no va a haber problemas para eso. ¿Pensás lo mismo?

-Nunca hubo problemas con Daniel para arreglar los contratos, pero hoy es diferente. No por lo económico sino por otras cosas. Nunca fue difícil arreglar. Sería el tercer contrato con Daniel y siempre le dije que lo podía arreglar él… Hoy las condiciones cambiaron. Mi pensanmiento es que River mejore, que tenga contactos internacionales, partidos amistosos y fijar bien el proyecto de Inferiores para sacar jugadores y hacer un tabajo en conjunto mucho más serio de lo que se está haciendo ahora.

-Se rumorea que te pueden sacar a Roa y a Chamot. ¿Te dijeron algo los dirigentes?

-No sé de dónde salió eso. Seguramente entre nosotros habrá cambios para mejorar y como proyecto también habrá cambio de funciones. Dentro de un proyecto hay utileros, kinesiólogos, masajistas, delegados… Es reordenar cada sector. Y así como cambiamos los jugadores que están mal, habrá que cambiar a quienes consideramos que hicieron mal las cosas. Con esto no quiero decir que se va a ir alguien, pero sí que hay que mejorar en muchos aspectos. Aunque los que están a mi lado van a seguir. Todos.

-Cuando armaste el cuerpo técnico, hubo críticas porque decían que eran muchos…

-Nadie creía en nosotros, sólo la dirigencia… Los dirigentes se jugaron algo grande. Porque si salía mal, iba a ser un desastre, me iban a echar y a ellos los iban a criticar por haber contratado a un técnico incapaz y con poca experiencia. Pero hubo total confianza. La sentí y la devolví. Y por suerte armamos un grupo bárbaro.

-¿Querés potenciar la parte tecnológica y la parte psicología que incorporaste?

-Quiero potenciar todo. Me siento mejor así, dándole muchos instrumentos al jugador: no sólo en una práctica sino también en la parte emocional y grupal. Porque un entrenador, solo, no llega a tantas cosas: a un arquero es más importante que le hable Roa y no que lo haga yo… El hecho de haber comprado el software para seguir a los jugadores de Inferiores y para corregir errores de los profesionales me enriquece como técnico y me hace mas creíble con el grupo. Porque yo les digo a uno que no saltó a cabecear y les muestro las imágenes… Hemos adquirido muchas cosas y tenemos que seguir adquiriendo.

-¿Necesitás otro apoyo de los dirigentes?

-Cada cosa que hicimos fue en conjunto. Y de ahora en más tiene que ser igual. Y si se puede, mejor.

-¿Es muy diferente el River que te imaginás?

-No. Debemos acentuar lo bueno y corregir las fallas siendo más organizados. Que River vuelva a ser el River que pretendemos en todo sentido. Un River que pueda hacer la pretemporada en otro país, por ejemplo. Quiero hacerla en el exterior por una cuestión de clima, y voy a hablar con los dirigentes para ver si podemos y, además, para aprovechar y jugar algunos amitosos. En estos 12 meses vivimos un año demasiado acelerado y ahora debemos lograr que todo sea más productivo.

-¿Qué aprendiste en esta temporada?

-A ser más pensante, porque como jugador era más impulsivo al declarar. Aprendí a usar las críticas también. Se me abrió la cabeza y hoy me siento más maduro. Por eso, este año será mejor en ese sentido porque no me conformo. Siempre quiero más.

-Tu inconformismo fue lo que te llevó a contratar a un especialista en motivación en la última semana, la más decisiva.

-Sí. En cada sector voy agarrando a los mejores profesionales. Al muchacho que traje la última semana me lo recomendaron: analicé y averigué sobre su trabajo, y es alguien muy destacado. Nos criticaron porque nos concentramos en un spa, pero no es que fuimos a ponernos pepinitos en los ojos y a estar con la toalla en el sauna. No. Fue algo muy pensado. Porque los jugadores no estaban pescando sólo por pescar sino que se pasaban el mate, había diálogo, se reían. Y la sonrisa trae muchas cosas al cerebro. Entonces, no eran boludeces,. Nadie fue a hacerse masajes. Lo nuestro era aislarnos y hacer trabajos en grupo. Y todo esto está en el proyecto a futuro: debe estar también para la Reserva y hasta la Novena. Este profesional debía sacarles la presión a los muchachos. Y una cosa es que se lo explique yo al jugador y otra que lo haga un profesional con dibujos, animaciones y conocimiento.

-¿Cuándo te hizo click la cabeza para sumar la psicología a tu trabajo?

-No sé si ustedes recuerdan que yo dije que la parte psicológica iba a ser fundamental en los últimos partidos. Y me basé en la experiencia del descenso, porque en aquella campaña sumamos muy pocos puntos en el tramo final del torneo. Ahí es cuando la gente más se impacienta y pensé cómo se podía colaborar para mejorar eso.

-¿Pensaste que se podía repetir esa historia que viviste como jugador?

-No. Sabía que el nerviosismo iba a estar, pero si hubiese creído que iba a salir mal, me habría ido. La confianza siempre estuvo.

-¿Es cierto que cada juego terminaba con un ‘dale campeón’?

-Sí, todos. Todos terminaban cantando el ‘dale campeón…’. Estuvo buenísimo porque eran juegos para pensar y ellos se iban convenciendo de esa idea, se les instalaba en la cabeza. Por ejemplo, la última semana no miré televisión ni Internet y fue el partido en el que más tranquilo estuve porque llegué limpio. Siempre hay algo, por más mínimo que sea, que te distrae, y además sabía que no iban a ser buenos los comentarios porque era blanco o negro. Ese final era plata o mierda. Y menos mal que fue plata, je.

-¿Cómo tomaron todo eso los jugadores?

-Muy bien. Me sorprendieron. Y los tenemos filmados. Ahí uno se da cuenta del liderazgo, de los miedos, de los nervios, y cada uno lo expresa distinto.

-¿Te había pasado algo igual como jugador?

-Nunca, porque en el fútbol están mal vistas algunas cosas. Muchos técnicos piensan que si alguien de afuera les dice cosas a los jugadores, entonces pierden credibilidad. Sería muy corto de mi parte pensar así. Entonces, si traigo un profesional que es de lo mejor en lo suyo, yo no soy mejor que él y lo necesito. Es parte de mi grupo y me va a enriquecer.

-¿Es difícil manejarse de esa manera en el fútbol actual?

-Y, sí. Pero todo va cambiando y hay que darse cuenta de cómo juntamos a los integrantes de un grupo para que sean todos positivos y se reduzca el margen de error. Por eso se trabaja y creo que hay más cuestiones por mejorar.

-¿Cuáles?

-Siempre se subestima al jugador, se dice que se come las eses, que no piensa, que es un negro, que es un ignorante, que sólo sirve para hacer plata… Y el jugador es inteligente, no es un boludo. .

-¡¿Y?!

-Con todo esto le estamos abriendo la cabeza al jugador y se va dando cuenta de que hay cosas que le sirven. El motivador nos contaba que en las grandes empresas no lograban hacerlo y los jugadores lo hicieron. Hasta él estaba sorprendido porque creía que iba a entrenar a un par de inútiles. Ojo que con esta persona no es que vamos a ganar todo sino que son elementos para enriquecernos un poco más. El motivador no va a meter la pelota adentro del arco, pero si erraste un gol y te quedaste pensando en eso, va a servir para sacarte esa parte negativa que se va generando uno mismo de tanto maquinarse.

-En ese sentido, uno de los casos que más soprendió fue el de Gabriel Funes Mori.

-En el túnel, antes del partido contra almirante Brown, lo miré a Rogelio y le dije: ‘Andá tranquilo que los mismos que antes te puteaban ahora te van a aplaudir’. El, con 20 años, ha cargado cosas que no tenía por qué haberlas cargado. Lo peor que le pasó es que Passarella dijera que era uno de los mejores jugadores, porque el que lo quería a Passarella lo adoraba al pibe y el que no, lo odiaba. También lo puteaban al hermano por el simple hecho de llamarse Funes Mori y yo lo fui llevando de a poco, como al resto de los chicos.

-En este contexto, ¿Ponzio y Trezeguet van a ser los nuevos referentes?

-Son los de más experiencia, aunque el trabajo del año fue para que el referente sea el grupo. Ni uno ni dos ni tres. en mis grupos son todos iguales. Con diálogo con los compañeros y con buena cara si no son citados.

-¿Qué te dio la llegada de Trezeguet además de goles decisivos?

-En lo deportivo, la calidad y todo lo que ya conocemos. En lo humano, humildad y demostrarles cosas a los jóvenes, en silencio y con ejemplos. Habló con los más chicos de cómo hay que alimentarse y de otras cosas que parecen tontas pero son importantes. Muy importantes. Ha sido muy positivo, como Cavenaghi y el Chori en su momento, el Indio Vega por ser uno de los más grandes, Ponzio, Ledesma desde afuera, Arano… Lo que pasa es que David llama la atención por lo que ganó en su carrera.

-¿Vas a pedir que se queden todos?

-Es como en el torneo: hay que ir paso a paso. Todavía no me junté con ningún dirigente, así que hablar sería en vano.

-Cavenaghi dijo que a fin de mes va a ser un desocupado más.

-Lo veremos. El vino a cumplir un objetivo, que era llevar a River a Primera, y lo cumplió. Ahora hay que replantearse un montón de cosas. Dentro del nuevo River hay que fijarse bien qué hacer.

-¿Querés un refuerzo por línea?

-Necesitamos un refuerzo por línea. River tiene que traer jugadores buenos, no para esperar porque a igualdad de condiciones me quedo con los que hay en el club. Y acá (por la Argentina) no hay muchos. La mayoría está afuera. Los que lleguen tienen que ponerse la camiseta y jugar. River tiene que apuntar jugadores con nombre, diferentes, pero también apoyar a los jóvenes, que hicieron un año magnífico y maduraron un montón.

-¿Buscás un arquero?

-Tego dos arqueros jóvenes con un futuro enorme. Pero si viene uno mejor, tiene que estar.

-¿Te gustaría tener un organizador pleno?

-Depende de qué organizador. Como depende de qué arquero, qué central. .

-¿Soñás con el superclásico?

-Noooo… Ya habrá tiempo para cada cosa. Hoy hay que disfrutar y pensar cómo rearmar esto.

-¿Vas a mirar la final de la Libertadores?

-Sí. Si estoy acá, sí.

-¿Una derrota de Boca haría un junio ideal?

-Nunca pensé en los demás. No le deseo el mal a nadie porque todo lo negativo te vuelve. Ni me interesa quien gane. La voy a mirar porque miro fútbol.

-Justo hoy se cumple un año del descenso.

-Pasó rápido. Fue duro pero pasó rápido. Me pone feliz que en menos de un año hayamos vuelto a Primera. Como entrenador fue durísimo, pero lo hice con mucho amor y sentimiento por la camiseta.

-No debe haber mejor curso que el que hiciste vos este año.

-Yo se los recomiendo a Mourinho y a varios más, que vengan a River en un año así, je.

Fuente: Olé