Duro reclamo presidencial en la ONU por Malvinas

NUEVA YORK.- No se saludaron. Ni siquiera cruzaron miradas. No hubo lugar para un pequeño gesto de protocolo diplomático. Mucho menos en las palabras que intercambiaron: fueron filosas y duras de ambas partes. La presidenta Cristina Kirchner y los representantes de las islas Malvinas se encontraron ayer en el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas para el debate anual sobre la soberanía de las islas y lo único que hicieron fue profundizar las enormes diferencias políticas que se ahondaron a raíz del 30° aniversario de la guerra.

La Presidenta criticó con dureza al primer ministro británico, David Cameron ; le exigió reanudar las negociaciones cerradas en 1974, y tildó de «colonialista y arcaica» la política de Londres.

«Pedimos nada más ni nada menos que se sienten a una mesa a dialogar», enfatizó Cristina Kirchner en el discurso que dio ante el comité, un espacio en el que nunca antes había comparecido un jefe de Estado. También cuestionó el plebiscito con el que los isleños esperan ratificar su estatus británico. «¿Por qué [los ingleses] no hacen el referéndum en Irak o Afganistán?», ironizó y dijo que le había dado «vergüenza ajena» ver flamear ayer la bandera de las islas en la residencia del primer ministro británico, en recuerdo por el aniversario del final de la guerra.

Los malvinenses no se quedaron atrás y hablaron de la «hipocresía» argentina y denunciaron estar sufriendo un «bloqueo económico».

Hacia el final de la reunión, de tres horas, cuando la Presidenta se retiraba del salón 4 de la ONU hubo un intento de Mike Summers, representante de la asamblea malvinense, de entregarle una carta de invitación a las islas. Estuvo a 50 centímetros de la Presidenta. Pero ella siguió de largo, en medio de un enjambre de funcionarios y periodistas. Para entonces las palabras habían marcado el clima del conflicto.

La Presidenta llegó con 23 minutos de demora al Comité de Descolonización. Antes había estado reunida media hora con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que reiteró la receta de ofrecer gestiones para retomar el diálogo por la soberanía. Cuando ingresó en el recinto hubo un efusivo aplauso de los 70 miembros de la comitiva argentina, que incluyó legisladores de la oposición. Se les sumaron miembros latinoamericanos del Comité de Descolonización.

Tras las presentaciones, habló el representante de las islas Roger Edwards. A su lado estaba Summers, con una corbata que llevaba un grabado de las Malvinas , y atrás había cinco jóvenes isleños. No había funcionarios del gobierno británico, que no participa del comité.

«El gobierno argentino aduce luchar por los derechos humanos pero no respeta la carta de las Naciones Unidas, que brega por uno de los principales derechos humanos, que es el de la autodeterminación de los pueblos. Eso se llama hipocresía», lanzó Edwards.
La Presidenta lo escuchaba a través del auricular con la traducción simultánea y cada tanto hacía una mueca al canciller Héctor Timerman. Jamás dirigió la mirada a los malvinenses. Edwards remarcó el tema de la autodeterminación de los pueblos para anunciar que en 2013 los isleños realizarán un referéndum para «mostrarle al mundo que los habitantes de las islas no quieren estar bajo la órbita de la Argentina».

Luego llegó el turno de Summers, que usó la palabra «país» al hablar de las Malvinas. Allí fue cuando levantó un sobre que contenía la carta con la invitación a la Presidenta a visitar las islas. «Que la Argentina muestre si está dispuesta a escucharnos», dijo.

Antes de que la Presidenta tomara la palabra intervinieron los peticionantes de la Argentina Jacobo Betts y Marcelo Vernet. Este es tataranieto del primer comandante político y militar de las islas. Ambos hicieron un racconto histórico de las Malvinas desde 1800 en adelante para destacar luego la «violenta intromisión imperialista de los británicos en 1833».

Cristina Kirchner comenzó su discurso con un agradecimiento a casi todo el arco opositor que la había acompañado a la ONU. No leyó el discurso.

«Somos líderes en materia de lucha por los derechos humanos y nadie puede decir que no respetamos derechos cuando nuestro país es una sociedad cosmopolita y respeta los derechos de todos. Viven más ingleses en el continente que en las islas», reaccionó.

San Martín y los pájaros

Para sustentar su defensa de la soberanía de las Malvinas , se apoyó en la historia al mencionar que una carta de San Martín de 1816 ya mencionaba a las Malvinas. Pero también eligió la geografía y la biología para la defensa: «¿Cómo puede Gran Bretaña reclamar unas islas a 14.000 kilómetros de distancia si la plataforma del subcontinente americano está anexada a la Argentina y si hasta los cormoranes de las Malvinas llegan a la Argentina, no a Londres?», se preguntó. La frase arrancó alguna sonrisa irónica de los isleños.

Luego apuntó directo al corazón del gobierno de Cameron: «¿Qué pensaría el pueblo alemán o la señora Merkel si el 8 de mayo, que es la fecha de la rendición incondicional de Alemania, ondeara la bandera alemana por debajo de la inglesa?», cuestionó.

Al mencionar la necesidad de «reanudar» las negociaciones la Presidenta recordó que en 1974, durante la tercera presidencia de Perón, se realizaron gestiones diplomáticas con Londres en las que se mencionó la posibilidad de establecer un gobierno conjunto en las islas Malvinas. «Esto muestra que hubo negociación y que Londres la aceptó», dijo.

Hacia el final de su discurso, la Presidenta señaló que «el hecho de que Gran Bretaña no respete las resoluciones de la ONU afecta el orden global». Y como para que no quedaran dudas de su posición, remató: «Mire qué poco estamos pidiendo: dialogar».

En voz alta

» Mire qué poco estamos pidiendo: dialogar. No estamos pidiendo que nos den la razón »
.»La dictadura decidió sin consultar a nadie los hechos del 2 de abril. ¿Qué culpa tenemos los argentinos? »
.»¿Por qué al referéndum no lo hacen en Afganistán o en Irak? »
. CRISTINA KIRCHNER
Ayer, en la ONU .
Fuente: La Nación