Tienen entre 14 y 17 años, en su mayoría, y pasan semanas o incluso meses en un viaje peligrosísimo. En sus relatos se repiten las denuncias de violaciones por parte de contrabandistas, las agresiones físicas, los engaños para quitarles dinero.
Desde octubre pasado a marzo de este año, 5.252 menores de 18 años pasaron a la custodia de las autoridades estadounidenses tras ser detenidos en la zona fronteriza, lo que representa un aumento de 93% respecto del mismo período de 2011, según el Departamento de Salud y Servicios Humanos.
La tendencia no es nueva: en 2004, unos 5.000 menores fueron referidos a la Oficina para la Reubicación de Refugiados (ORR en inglés), a cargo de derivarlos a centros de custodia donde enfrentarán su correspondiente proceso legal. En 2011, la cifra total fue de 6.800.
Pero lo que llama la atención de los expertos es el aumento experimentado en los últimos seis meses: en abril se superó ya la marca de 6.000 casos y se calculan 8.000 para finales de junio, según datos difundidos en un foro de migración organizado por Universidad de San Diego.
«Tenemos que considerar que estos son sólo los menores que son aprehendidos. Las estadísticas sólo permiten identificar a aquellos que son referidos a las agencias gubernamentales, pero no incluye a los que efectivamente logran entrar sin ser detectados», señaló a BBC Mundo David Shirk, director del Instituto Transfronterizo de la Universidad de San Diego.
por BBC