Juan Mónaco dice que Rafael Nadal es uno de los mejores amigos que le dio el tenis. Y Rafael Nadal dice que Juan Mónaco es uno de los jugadores que más aprecia en el circuito y, también, que con él se lleva de maravillas. Se conocen de memoria, suelen entrenarse juntos, saben las virtudes y los defectos del otro, también conocen qué tienen que hacer en la cancha para buscar la victoria. Ellos dos, Nadal y Mónaco, Rafa y Pico, el máximo favorito para llevarse otra vez Roland Garros -sería su séptimo título acá, todo un récord- y el que viene cumpliendo una temporada excelente, pisarán hoy el polvo de ladrillo más famoso del planeta para dirimir un pasaje a los cuartos de final. La cita es en la cancha Suzanne Lenglen, en el cuarto turno (la jornada empezará a las 11 de Francia, las 6 de Argentina).
Será el quinto enfrentamiento y el que lleva ventaja de 3-1 es el mallorquín, quien festejó en la final de Copa Davis del año pasado -en Sevilla y en tres sets-, en Stuttgart 07 y en Bastad 05. Los tres éxitos de Nadal fueron sobre arcilla. La única victoria del tandilense ocurrió en Cincinnati 07, cuando estaban 7-6 y 4-1, y Rafa se retiró lesionado. Esta, por supuesto, será otra historia.
Ambos marchan sobre ruedas en esta edición del Abierto francés. Nadal, como siempre, va de menor a mayor: arranca regulando la máquina y, a medida de que transcurren los partidos, cada vez aprieta más a fondo el acelerador. Les ganó en fila al italiano Simone Bolelli, al uzbeco Denis Istomin y a Eduardo Schwank. Y no resignó ni un set.
Lo de Mónaco resultó más trabajoso, pero igual de efectivo. Venció al francés Guillaume Rufin en el debut; y luego al checo Lukas Rosol y al canadiense Milos Raonic, en el que fue un partidazo de más cuatro horas y media, y en el que Pico edificó su mejor faena de la competencia ante un sacador temible. En sus tres compromisos, Mónaco cedió tres parciales: uno con Ruffin y dos con Raonic.
“Juan está jugando en un gran nivel; será un adversario muy complicado”, señaló Nadal tras su victoria del sábado ante Schwank. “Rafa es el mejor tenista de la historia en polvo de ladrillo; ya ni sé cuántos Roland Garros obtuvo, si cinco o seis (son seis). Mis posibilidades de ganar son bajas, pero me tengo que aferrar a las pequeñas chances que se me presenten. Y fe me sobra. Si no, ni siquiera entraría a la cancha”, explica Mónaco. El ruedo espera. Y sólo uno de los dos amigos seguirá adelante.
Fuente: Clarín