TEGUCIGALPA — Miles marcharon este viernes en cinco ciudades de Honduras para exigir que cesen los asesinatos de periodistas, 20 perpetrados desde 2010, en medio de una imparable violencia que mantiene al país centroamericano con el récord mundial de homicidios.
«No se mata a la verdad matando periodistas», corearon los manifestantes que caminaron unos tres km por el este de la capital, rumbo a la sede del estatal Comisionado de Derechos Humanos (Conadeh) y a la Casa Presidencial, constataron periodistas de la AFP.
Bajo el lema «Jornada por la vida y en defensa de la libertad de expresión», la marcha fue convocada por el Colegio de Periodistas de Honduras (CPH), que debido a la protesta cambió las tradicionales fiestas y premiaciones de conmemoración del 25 de mayo, Día del Periodista.
En otras zonas del país, los periodistas realizaron marchas simultáneas, como en las ciudades de San Pedro Sula, La Ceiba (norte), Comayagua (centro) y Choluteca (sur).
A las marchas se sumaron universitarios, escolares, activistas de derechos humanos y pacifistas, y sólo en Tegucigalpa podrían alcanzar unas 5.000 personas, según cálculos del CPH.
«No más impunidad», rezaba una pancarta, pues ninguno de los asesinatos de periodistas ha sido aclarado por las autoridades, que atribuyen la mayoría a causas ajenas al ejercicio profesional, sin que haya trascendido algún desarrollo de investigaciones.
El Conadeh informó que 20 periodistas fueron asesinados por desconocidos desde inicios de 2010, y todos sus responsables siguen impunes.
«Hemos sido obligados a marchar por las calles para manifestar al gobierno nuestra indignación por el ambiente de indefensión en que laboramos, vivimos y transitamos», afirmó el presidente del CPH, Juan Ramón Mairena, en una carta dirigida al presidente Porfirio Lobo, y leída frente a la Casa Presidencial.
El último caso fue el de Alfredo Villatoro, conductor del noticiero radial diario Matutino de la influyente radio HRN, quien fue secuestrado al amanecer del miércoles 9 de mayo, y que apareció muerto a tiros ocho días después al este de Tegucigalpa.
Ese «asesinato representa una acción clara de callar a la prensa nacional, frente a su papel beligerante contra la corrupción y la permanente denuncia de las injusticias sociales contra nuestra pueblo», aseveró Mairena.
«Ya basta de indolencia, confabulaciones, compadrazgos y complacencias», agregó, y exigió «una verdadera y contundente limpieza, depuración y transformación de la Policía, fiscalía y la Corte Suprema de Justicia».
Los manifestantes fueron atendidos personalmente por Lobo, quien admitió que «es difícil estar peleando con los mismos que tienen que estar encargados de dar seguridad al pueblo hondureño», en alusión a la participación de miembros de la policía en el crimen organizado de narcotráfico, secuestros y otros delitos.
«Por esa razón estamos haciendo los cambios que se han hecho», como nombrar un nuevo director de la policía, el comisionado general Juan Carlos Bonilla, en tanto que el Congreso aprobó el jueves una reforma a la ley de policía para depurarla de las «manzanas podridas», apuntó Lobo.
Se va «a lograr el anhelo que todos queremos: que se respete la vida, que se respete la libertad de expresión», prometió el mandatario.
La violencia, sobre todo generada por el narcotráfico, pandillas y otras bandas de delincuentes, dispararon la tasa de homicidios en Honduras a 86 por cada 100.000 habitantes en 2011, la más alta del mundo, según cifras del Conadeh y el independiente Observatorio contra la Violencia.
Por Noé Leiva (AFP)