Anoche, a partir de las 22, la enorme planta elaboradora de papas fritas McCain, ubicada en Balcarce, apagó sus motores a la espera de una solución al conflicto comercial con Brasil. Tal como anticipó Clarín, el vecino país comenzó a trabar algunas compras de alimentos como represalia a las barreras levantadas aquí contra sus productos por el secretario Guillermo Moreno.
La decisión de la empresa canadiense de suspender su producción puso en alerta a 700 personas empleadas directamente por McCain, más otras 3.000 contratadas de manera indirecta. En un comunicado, la firma explicó que su personal se dedicará en las próximas horas a otras tareas. Pero ratificó su preocupación porque sus papas preelaboradas fueron uno de los productos elegidos por ese país para hacer sentir su malestar y frenar camiones en la frontera.
La primera en denunciar el problema fue la holandesa Farm Frites, proveedora – junto con McCain – de las papas fritas que se consumen en las cadenas de comidas rápidas como McDonald’s y Burger King.
ieco.clarin.com