La primera decisión política del nuevo presidente es un mensaje dirigido a Europa y Alemania.
François Hollande ha nombrado a Jean-Marc Ayrault primer ministro, jefe del Gobierno que debe formarse este mismo jueves. La primera decisión política del nuevo presidente de Francia es un mensaje dirigido a Europa, Alemania, Francia y la burocracia interna del Partido Socialista, que prepara las elecciones legislativas del 10 y el 17 de junio próximo. Ayrault presentará a Hollande un «proyecto» de Gobierno que se reunirá por vez primera el viernes.
Alcalde de Nantes, presidente del grupo socialista en la Asamblea Nacional (AN), germanista emérito, Ayrault no tiene experiencia gubernamental de ningún tipo. Eligiéndolo jefe de Gobierno, Hollande confirma todos los «pronósticos» y envía numerosos mensajes políticos a muchas bandas.
Ayrault es un «realista» económico, muy alejado de las sirenas del «socialismo auténtico». No tiene nada de un «revolucionario» ni de un «rupturista». Como Hollande es un maestro en el gran arte de las «síntesis» entre posiciones socialistas enfrentadas.
Germanoparlante
Profesor de alemán, Ayrault tiene fama, entre la prensa teutona, de ser el político francés que mejor habla el alemán. Cuando Hollande necesita trabar con rapidez una relación de confianza con Ángela Merkel y Alemania, Ayrault es el hombre ideal para comenzar ese trabajo de fondo.
Nacido en una familia muy modesta, Aurault es, así mismo, un burócrata emérito que conoce a la perfección todos los meandros internos del partido socialista, cuyo grupo parlamentario ha presidido durante muchos años. Se trata, sin duda, del hombre que debe asegurar el diálogo entre la jefatura del Estado, el Gobierno y los «elefantes» del PS, la vieja burocracia del partido.
Cuando Hollande debe hacerse comprender de los mercados financieros internacionales, la elección de Ayrault parece confirmar una imagen de moderación, prudencia y realismo, confirmada por otro nombramiento, el de Emmanuel Macron como secretario general del Elíseo.
Ante los grandes desafíos alemanes y europeos, Hollande ha comenzado a rodearse de realistas, moderados y banqueros. Ayrault encarna la síntesis entre los distintos socialismos más o menos moderados. Macron ha sido, hasta ahora, una de las grandes estrellas ascendentes de la gran banca de negocios de la plaza de París, ocupando una posición estratégica en el grupo Rothschild.
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