Los ‘indignados’ culminan 4 días de movilización en su primer aniversario

MADRID — El movimiento de protesta social de los ‘indignados’ culmina este martes la celebración de su primer aniversario con movilizaciones en varias ciudades de España en el último de cuatro días de manifestaciones y asambleas populares para denunciar la crisis y la corrupción.
Tras un nuevo desalojo de madrugada que se saldó con ocho detenidos, los ‘indignados’ volvieron a instalar por la mañana su «punto de información» en la céntrica Puerta del Sol de Madrid.
Fue en esta plaza donde surgió el 15 de mayo del año pasado un improvisado campamento de carpas y sacos de dormir que se convirtió durante un mes en el símbolo del hartazgo popular por la crisis, inspirando después movimientos similares en otros países, incluido Estados Unidos.
Para demostrar que siguen manteniendo el mismo impulso, decenas de miles los ‘indignados’ marcharon el sábado por las calles de unas 80 ciudades españolas, con multitudinarias protestas que reunieron a unas 45.000 personas en Barcelona y 30.000 en Madrid, según la policía.
Desde entonces los activistas acampan en la barcelonesa Plaza de Cataluña, donde instalaron un ‘ágora’ de debate ciudadano, bautizada ‘Foro de los Pueblos’, en una ocupación tolerada por las autoridades locales hasta la noche de este martes.
En Madrid, sin embargo, las concentraciones -asambleas sectoriales para debatir propuestas sobre temas como la educación, la sanidad o el desempleo- debían terminar oficialmente cada día a las 22H00 (20H00 GMT).
Durante tres noches consecutivas la policía intervino para evacuar a un pequeño grupo que pretendía mantener una ‘asamblea permanente’ en la Puerta del Sol. Las ocho detenciones del martes «se suman a las 18 realizadas en el primer día (domingo) y las dos de ayer» lunes, señaló.
Pese a todo, los ‘indignados’ de Madrid mantuvieron los actos de movilización y animaron a la ciudadanía, en un comunicado, a «seguir participando de los mismos, denunciando un sistema que antepone intereses económicos y de control social a los derechos fundamentales de las personas».
En Barcelona, la jornada comenzó con concentraciones frente a varias sucursales bancarias para exigir la ‘dación en pago’, es decir que entregar una vivienda hipotecada sea suficiente para saldar un crédito inmobiliario impagado.
Símbolo más visible de la crisis, desde el estallido de la burbuja inmobiliaria española en 2008, unas 300.000 familias -españolas e inmigrantes- fueron desahuciadas de sus hogares por impago en un país donde el desempleo afecta ya al 24,44% de la población activa.
Pese a la confiscación de la vivienda, estas personas mantienen las deudas con sus bancos, una práctica contra la cual luchan los ‘indignados’ y sobre la que el gobierno aprobó un ‘código de buenas prácticas’, voluntario para los bancos, que protege a los más desfavorecidos.

(AFP)