2012 frena el empleo (y ahora el consumo pende de las Paritarias)

CON LA INVERSIÓN ESTANCADA Y LA DESACELERACIÓN GENERAL – El comienzo de este año hace temblar la dinámica del mercado laboral para 2012: entre enero y abril se incrementó tanto la cantidad de despidos como la de suspensiones de personal como no sucedía desde 2009. Se redujeron las horas trabajadas y el número de obreros ocupados. El Índice de Demanda Laboral acumula una merma de 23%, y el menor ritmo de expansión de la actividad económica sumado al freno en la inversión, clave para sostener en el tiempo la creación neta de empleo, hacen poco probable que el desempleo se reduzca en 2012.

Así, el «combustible» del consumo dependerá de las paritarias que aún se llevan a cabo. Y con expectativas de inflación en 30%, los acuerdos salariales inferiores a 20% están prácticamente descartados.

El 2012 será un año duro para el mercado laboral.

VALOR AGREGADO

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Peor que en los años ’90
La otra cuestión: Paritarias

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Ecolatina) El 2011 fue un buen año para el mercado laboral. No sólo se caracterizó por un nuevo incremento de la ocupación total (+2,6% i.a.) sino también por un importante crecimiento de los puestos de trabajo asalariado formales, que aumentaron 4,6% anual, por encima de la creación de empleo registrado de 2010 (+3,2% anual). En consecuencia, la tasa de informalidad volvió a reducirse el año pasado, ubicándose en 34,3% frente al 35,2% de 2010.

Sin embargo, el arranque de este año prefigura que la dinámica del mercado laboral no será favorable como 2011. De hecho, los primeros indicadores relacionados al mercado de trabajo no son muy alentadores.

Por caso, entre enero y abril de 2012 se incrementó tanto la cantidad de despidos con respecto al mismo período de 2011 como la de suspensiones de personal. Así, por primera vez desde inicios del 2009 aumentaron en un mismo cuatrimestre los despidos y las suspensiones (en comparación interanual).

En la misma línea, se observó en la industria una reducción de las horas trabajadas por obrero en los primeros meses del año, lo que ya había ocurrido en el último trimestre de 2011. Esto podría ser un indicio de que los trabajadores estarían realizando menos horas extra.

La cantidad de horas trabajadas suele anticipar el ciclo económico en mayor medida que el número de obreros ocupados. Es decir, luego de una crisis los empresarios tienden a incrementar primero la jornada laboral de sus empleados hasta verificar la fortaleza de la recuperación, para luego reemplazar esas horas extra por nueva dotación de empleo. En cambio, si se vislumbran síntomas de estancamiento de la actividad, las horas trabajadas suelen resentirse antes que el número de ocupados.

En números, los datos de INDEC muestran la cantidad de horas trabajadas en la industria durante los primeros tres meses de 2012 creció a un menor ritmo que la cantidad de obreros ocupados (1,6% i.a. vs. 2,4% i.a.), lo que implica que en promedio las horas trabajados por empleado fueron menores que en enero-marzo de 2011.

Además, desde el tercer trimestre del año pasado se observa una desaceleración simultánea en el ritmo de expansión de las horas trabajadas y de los obreros ocupados, algo que no ocurría desde el segundo trimestre de 2008.

Más allá de estos primeros datos “duros”, los indicadores líderes también vaticinan complicaciones en los meses venideros.

El Índice de Demanda Laboral elaborado por la Universidad Torcuato Di Tella acumula en los primeros cuatro meses del año una merma de 23% (sin estacionalidad) en el Gran Buenos Aires, el aglomerado urbano con la mayor cantidad de trabajadores del país. Este indicador, que viene cediendo terreno desde fines de 2011, mostró en abril la mayor caída (-36% i.a.) desde la crisis financiera internacional (2008-09), y alcanzó el menor nivel desde 2002.

En la misma dirección se inscribe la encuesta de perspectivas laborales elaborada por Manpower, donde la expectativa neta de empleo para el segundo trimestre de 2012 –es decir, el diferencial entre el porcentaje de empresas que esperan aumentar su dotación de trabajadores y los que estiman reducirla– se mantuvo en 14% en términos desestacionalizados, 7 p.p. por debajo de las perspectivas para el segundo trimestre del año pasado.

Así, y a pesar de que por el momento no se dieron a conocer cifras oficiales acerca del desempeño de la ocupación en los primeros meses de 2012, estimamos que incluso la cantidad de puestos de trabajo formales ya estaría mostrando una importante desaceleración (prevemos un crecimiento de la ocupación formal por debajo del 2% i.a. en enero-marzo).

Con menor creación de empleo, el consumo dependerá de las paritarias

Los primeros datos del mercado laboral no están desligados de la moderación que se observa en la actividad económica. De hecho, según datos oficiales, en el primer bimestre la actividad económica no creció en términos desestacionalizados (s.e.), mientras que la industria verificó en los primeros tres meses del año un retroceso de 0,7% con relación al último trimestre de 2011 (s.e.).

Más importante aún, buena parte del freno estaría concentrado en la inversión. Cabe recordar que la inversión interna bruta fija se compone de construcción y equipo durable de producción (EDP), dos de los rubros más resentidos en el arranque del año.

En el primer caso, tanto los despachos de cemento como el índice Construya, que releva la venta de insumos de las principales empresas del sector, indican que la actividad de la construcción no tuvo un buen arranque. En cifras, los despachos de cemento cayeron 4,6% i.a. en los primeros cuatro meses del año al tiempo que el Índice Construya mostró un retroceso de 1% i.a.
En cuanto a los bienes durables, las cantidades importadas de bienes de capital cayeron 12% i.a. en el primer trimestre. Cabe recordar que en las Cuentas Nacionales el equipo importado representa un 60% del EDP total, y una cuarta parte de la inversión total.

La inversión no sólo es clave para incrementar la capacidad futura de producción sino también para sostener en el tiempo la creación de empleo. De hecho, para el período 2003-2011 el empleo muestra una correlación más elevada con la inversión que con la actividad económica en general (75% vs. 52% respectivamente).

En este sentido, el estancamiento de la inversión en los primeros meses permite prefigurar un año difícil para la generación de empleo, que difícilmente supere el ingreso de nuevos trabajadores al mercado laboral. De esta manera, prevemos que en 2012 el desempleo no mejorará e incluso podría, por primera vez desde 2009, mostrar una leve suba.

Por una baja creación de nuevos puestos de trabajo y una reducción de horas por trabajador, el “combustible” del consumo dependerá casi exclusivamente de las negociaciones salariales que aún se están llevando a cabo.

Con expectativas de inflación crecientes –en marzo y abril se ubicaron en 30%, rompiendo un año de estabilidad– acuerdos salariales por debajo de 20% están prácticamente descartados. Esto es favorable para reanimar al consumo, pero cabe recordar que una fuerte suba de los costos salariales en un contexto de moderación económica, implica un nuevo condicionante para la generación de empleo.

En este sentido, a diferencia de otros años, la performance de la masa salarial estará apuntalada casi exclusivamente por los aumentos salariales ya que la creación de empleo será escasa. En este contexto será muy difícil repetir el crecimiento nominal de la masa salarial exhibido en 2011 (en torno de 32% i.a.).

En síntesis, las perspectivas de empleo para 2012 no son tan alentadoras. Si bien las mejoras observadas en los últimos años han sido fenomenales, hacia adelante habrá que apuntalar la inversión para atacar los problemas pendientes del mercado laboral (subocupación, empleo no registrado, etc.).