ATENAS — Grecia tenía problemas este viernes para formar un gobierno de coalición y evitar así volver a las urnas en junio, mientras los responsables alemanes no esconden sus deseo de que se vaya de la zona del euro.
El dirigente del principal partido griego, el conservador Antonis Samaras, admitió ante su exiguo grupo que ningún gobierno podrá surgir sin el aval del grupo de la izquierda radical Syriza, opuesto a las medidas de austeridad y convertido el domingo en la segunda fuerza del Parlamento.
Divididos entre los compromisos de austeridad con sus acreedores y el resultado electoral del domingo que refleja el rechazo de la población a las medidas draconianas para reducir el déficit público, los responsables políticos seguían en busca de un acuerdo mínimo para formar gobierno. Mientras tanto, en los mercados, los inversores no esconden su preocupación sobre una posible salida rápida de Grecia del euro y sus consecuencias.
En Atenas, Samaras y el dirigente socialista Evangelos Venizelos, pese a la debacle de sus respectivos partidos en las elecciones, reanudaron este viernes por la mañana las negociaciones cruciales para formar gobierno, tras el progreso registrado en este sentido el jueves con un pequeño partido de izquierda.
Venizelos y Samaras se reunieron una media hora con la esperanza de un encuentro a principios de la noche con el jefe de la izquierda radical de Syriza, Alexis Tsipras. El líder del Pasok propone un gobierno que al mismo tiempo mantenga al país en el euro y garantice que el programa de austeridad dictado por la UE y el FMI se alargue tres años.
Venizelos no explicó en detalle su propuesta de alargar el acuerdo pues las tensiones entre los partidos se centran precisamente en el memorando de acuerdo firmado por Grecia con sus acreedores. La izquierda radical quiere abandonarlo completamente y seguir en la zona euro, algo que los alemanes consideran inaceptable.
El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, dejó claro el viernes que la «zona euro puede soportar una salida de Grecia». «Queremos que Grecia permanezca en la zona euro», dijo en una entrevista al diario alemán Rheinische Post.
«Pero también lo debe querer ella y hacer sus deberes. No podemos forzar a nadie». El ministro de Exteriores alemán, Guido Westerwelle, echó más leña al fuego este viernes al condicionar la entrega de nueva ayuda a Grecia al respeto por Atenas de sus compromisos.
En este contexto, un sondeo del Instituto Marc, en Grecia, realizado con una muestra superior a 1.000 personas y divulgado el viernes en el diario Ethnos muestra que una gran mayoría de griegos (62,7%) desea un gobierno de coalición y 53% de ellos quiere que participe Syriza.
Para el analista Ilias Nikolakopulos, un ejecutivo con el apoyo pasivo de Syriza, esto es posible, pero cree que las negociaciones se prolongarán hasta mediados de la semana próxima. «Syriza estaría dispuesto a garantizar su tolerancia a condición de que la adopción prevista en junio de nuevas medidas de austeridad sea anulada» a la espera de una renegociación global de la política de recuperación, afirmó el analista a la AFP.
Sólo el 32% de los consultados está a favor de nuevas elecciones, inevitables si los responsables políticos griegos no logren un acuerdo. Pero en caso de nuevo escrutinio, el sondeo pone de relieve un nuevo dato interesante: Syriza lleva en cabeza con el 27% de las intenciones de voto, seguido por Nueva Democracia con el 20%, Pasok, con el 12,6% y los griegos independientes (derecha contra la austeridad) con el 10%.
Tal subida de Syriza cambiaría totalmente el resultado ya que el partido de Tsipras, que dispone actualmente de 52 escaños, se beneficiaría de los 50 escaños que se concede al partido vencedor, dejándole en una situación de fuerza para tejer alianzas.
Por Isabel Malsang (AFP)