LA PAZ — Bolivia se encuentra en estado de inquietud política, con una protesta campesina que se acerca a La Paz tras una marcha de dos meses contra el gobierno y a tres días de una elección de autoridades judiciales, crucial para el presidente Evo Morales, en que la oposición ha llamado a anular el voto.
Entre 1.500 y 2.000 indígenas amazónicos marchan desde el pasado 15 de agosto hacia La Paz -adonde deben llegar la próxima semana- para pedirle personalmente al presidente Morales que desista de construir una carretera en la reserva natural del Tipnis, en el centro del país.
Tras haber recorrido más de 500 km, los indígenas se encuentran descansando en el pequeño poblado de Yolosa, a 90 km de La Paz y a 1.300 metros sobre el nivel del mar.
«Vamos a llegar a La Paz y vamos a pedir dialogar con el presidente, porque la demanda de la carretera es una de nuestro pliego de 16 puntos», dijo a la AFP en Yolosa uno de los principales líderes de los marchantes, Fernando Vargas.
Los aborígenes además reclaman acelerar un proceso de titulación de tierras indígenas, que se les consulte en los temas legales de su interés y que se suspenda la prospección petrolera en la zona del Aguarague, al sur del país, entre los asuntos más importantes.
El oficialismo ha dado ahora pocas señales de que tratará los temas que exigen los nativos e incluso el presidente Morales dio a entender este jueves, durante un acto público, que hay reclamos inatendibles.
«Todos tienen derecho a las reivindicaciones, pero cuando me piden por ejemplo paralización total del trabajo de hidrocarburos en la zona del Chaco tarijeño (Aguarague) significa que el pueblo boliviano se quede sin IDH (impuesto a los hidrocarburos)», acotó Morales.
El gobierno intentó desarticular esta marcha el pasado 25 de septiembre, enviando a la Policía, que reprimió con dureza, lo que generó críticas de varios sectores.
La situación social «se puede convulsionar con la llegada a La Paz de los marchistas, porque van a ser recibidos como héroes y todavía hay que ver al gobierno cómo los trata, cómo dialoga con ellos», afirmó a la AFP el sociólogo y profesor universitario, Carlos Cordero.
Los manifestantes esperan llegar a la sede de Gobierno entre el lunes y el miércoles próximos, pero aún deben ascender por un camino hasta unos 4.600 metros sobre el nivel del mar, para sortear la Cordillera Oriental de los Andes, el trecho más complicado.
Cordero consideró que es probable que el gobierno, que intentó en más de seis ocasiones dialogar infructuosamente con los nativos, no quiera atender su principal reclamo, «porque hay mucha tozudez en la construcción de la carretera» a través del Tipnis.
«Yo no sé cuánto tiempo ellos van a poder aguantar en La Paz, sin tener soluciones a sus demandas y después de un tiempo se puede complicar la situación», afirmó Cordero.
La marcha de los nativos ha opacado el proceso electoral para elegir este domingo por voto popular a nuevas autoridades del poder Judicial, en que los candidatos -preseleccionados por el Congreso de mayoría oficialista- están impedidos de hacer campaña y los medios tampoco pueden entrevistarlos.
La oposición de derecha, centro y centroizquierda consideran que nombrar a las principales autoridades judiciales por voto popular permitirá al gobierno controlar a la Justicia, y por ello han convocado a la población a votar por anular el voto este domingo.
En esa jornada se elegirán 56 ministros del Tribunal Supremo de Justicia, el Tribunal Constitucional, el Tribunal Agroambiental y el Consejo de la Magistratura (disciplinaria) sobre 122 candidatos.
Votar en blanco «es decirle al presidente Morales que rechazamos que la justicia se siga manipulando, para evitar que el gobierno utilice a la justicia para meter a la cárcel a todos los opositores», señaló el diputado de centroderecha Jaime Navarro.
A la oposición le preocupa que muchos de los candidatos tienen evidentes lazos con el gobierno, como funcionarios públicos o como asesores de sindicatos campesinos leales al presidente Morales.
«Con estas elecciones se acabó el cuoteo (prorrateo) de los partidos neoliberales que se distribuían la justicia, ahora el pueblo va a elegir», dijo recientemente el vicepresidente Alvaro García, respondiendo a las críticas.
AFP